Vino a mí palabra de Jehová, El Juicio de Dios

Su Juicio comienza por su Casa

Vino a mi Palabra de Jehová, y me dijo, levántate, y me afirmó en mis pies, pues me hallaba postrado con mi rostro en suelo, adorándole. Al igual que Salomón pidió sabiduría, le pedí también que me mostrara sus maravillas y lo por venir, como dice su palabra,

Juan 16:13

Pero cuando el Espíritu de verdad venga, Él os guiará a toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber las cosas que han de venir. Reina Valera Gómez (© 2010)

“El Espíritu Santo te mostrará las cosas que están por venir”, puedo ver que viene juicio en su casa, pues su palabra dice que el juicio empieza por casa.

1 Pedro 4:17  

Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? Reina Valera Gómez (© 2010)

Dios siempre cumple su palabra, el quiere un pueblo Santo, para poder manifestar su gloria y poder, y para esto dirige siempre a su pueblo hacia la obediencia, llegando incluso a quebrantar a quien tenga que ser quebrantado por no seguir lo que él demanda de nosotros, sino por seguir a su propio corazón. Por ser malos administradores de su casa también hay demanda, por cada alma que viene a él a través de nosotros, y la doctrina que demos, y por cómo tratemos al pueblo, por todo esto y más, el Señor tiene los ojos puestos sobre nosotros, sobre nuestras obras, él conoce nuestro corazón, el sabe nuestras intenciones y no podemos pasar por alto esto, debemos estar concientes siempre de ello.

Las catástrofes naturales como tsunamis, terremotos plagas, etc. si revisamos su palabra, vemos que Dios mandaba juicio contra un pueblo y sus ángeles ejecutaban el juicio, desatando la naturaleza en contra de este pueblo,

David hizo algo abominable, tomó por mujer a quien Dios no le había dado, pues era de otro, y el hijo que nació de esta relación sufrió las consecuencias, siendo muerto. Leer 

“2 Samuel 12:1-19”

Todo esto aconteció en el antiguo pacto, y aun que David era un hombre conforme al corazón de Dios, Dios no cambia y su palabra es fiel, el Juicio comienza por su casa.

Felizmente en este Nuevo Pacto, la misericordia de Dios nos alcanza, tenemos la sangre de Cristo para el perdón de pecados, y debemos de arrepentirnos y no caer en lo mismo, una y otra vez.

Incluso los desastres naturales podemos prevenirlos y cancelarlos, pero para ello se necesita verdaderos hombres de oración, en santidad y en total dependencia de Dios, aceptando lo que él nos mande para cumplir nuestro ministerio. Sin vacilar (dudar) en ningún momento de que Dios sabe qué es para nosotros y que no. David tomo una mujer que no era para él, y menospreció de esta manera a Dios, he hizo blasfemar en contra de Dios por esta acción.

 Mensaje para meditar

Ezequiel 22:26

Bendiciones

 

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